Los distintos tipos de bienes cumplen, en su mayoría, con la función de satisfacer determinadas necesidades de las personas. Desde protección, sustento, diversión u otras, cada bien o activo responde a un requerimiento humano. Pero, a qué se le llama bienes jurídicos o qué es bien en economía o para la cultura. A continuación una completa clasificación de bienes culturales, jurídicos y económicos.
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La economía como la ciencia que estudia la producción, las riquezas y el aprovechamiento de los recursos, plantea una clasificación de bienes económicos y reales destinados a satisfacer las diversas necesidades humanas. Si deseas saber qué es un bien en economía y cómo se catalogan, continúa leyendo.
A grandes rasgos, la microeconomía hace énfasis en los bienes y servicios que satisfacen necesidades específicas y analiza la demanda, los precios y el mercado para quien se producen determinados bienes. La clasificación de bienes en la microeconomía incluye dos tipos; a saber, los sustitutivos y los complementarios.
Entre los tipos de bienes en microeconomía se encuentran los sustitutivos que están estrechamente relacionados con la demanda. Así, se entiende por bien sustitutivo cuando aumenta el precio de uno de ellos, se incrementa, por vía de consecuencia, la demanda de otro de iguales características. Por ejemplo, Coca Cola puede ser un bien sustitutivo de Pepsi; ya que cuando suba el precio de Pepsi, los consumidores pueden aumentar la demanda de Coca Cola.
Los bienes complementarios son aquellos que su consumo o uso se encuentran directamente vinculados con el uso o consumo de otro bien, ya sea porque se consuman simultáneamente o porque el uso de uno dependa del consumo del otro. El café y el azúcar, una impresora y sus cartuchos de tinta, son claros ejemplos de lo qué son bienes complementarios. En este tipo de bienes cuando uno de ellos sube su precio, el otro sufrirá una baja en su demanda. Pero, cuando los precios bajan, se aumenta la demanda del otro bien.
La macroeconomía se encuentra vinculada al conjunto de políticas, recursos y tecnologías que se disponen para el desarrollo económico de un Estado. Se refiere a las estructuras, comportamientos y capacidad de las naciones para el cumplimiento de sus objetivos económicos. A partir de allí, se podría esbozar una primera clasificación de bienes desde la macroeconomía.
El concepto de bienes públicos se refiere a los activos que se encuentran bajo la gestión y tutela del Estado para su conservación, distribución, uso y consumo. Este tipo de bien conforma la clasificación de los bienes del Estado y presenta características muy particulares. Una de ellas, es la accesibilidad que tienen todos los ciudadanos con relación a ese bien; y que la imposibilidad de discriminar ese acceso a un usuario o grupo de usuarios en particular.
En el caso de los bienes privados se destacan dos características principales: la exclusión y la rivalidad. Estas se refieren a la posibilidad de impedir el uso del bien a aquellas personas que no son titulares o propietarios del mismo. Por su parte, la rivalidad se vincula con la incapacidad que tienen otros de consumir el producto.
El nivel de escasez de los bienes también determina su condición y permite realizar una clasificación de bienes según la relación que existe entre la demanda y la disponibilidad. Es decir, se puede considerar un bien escaso cuando la necesidad es mayor a la disponibilidad del mismo. En ese sentido, la clasificación de bienes según su escasez puede ser de dos tipos:
Los bienes libres son conocidos por su abundancia en la naturaleza; carecen de dueño y de procesos de transformación o apropiación. Su condición de libertad y fácil acceso de este tipo de bienes hace inviable su comercialización o adjudicación de precios. Entre los ejemplos de bienes libres se encuentran el aire, la luz solar o la lluvia.
¿Ahora, qué son los bienes en economía o qué son los bienes económicos? Este tipo de bienes económicos una disponibilidad limitada, por lo que su consumo puede derivarse en la extinción del mismo. Este tipo de bienes se caracteriza por tener un precio o valor y son adquiridos en el mercado a través de una prestación. En los ejemplos de tipos de bienes económicos se pueden encontrar los servicios de transporte, el agua mineral, teléfonos celulares, el petróleo, electrodomésticos, entre otros.
La economía también realiza una clasificación de los bienes económicos de acuerdo con el proceso de elaboración o producción. De esta forma, se distinguen los bienes intermedios de los productos o bienes finales.
Entre los tipos de bienes en economía se encuentra los bienes intermedios. Estos bienes son aquellos que son trabajados y transformados para producir uno o varios bienes finales. ¿Pero, a qué se le llama bienes finales?
Los bienes finales son aquellos que resultan de un proceso productivo para llegar a manos del consumidor final. Se crean a partir de la transformación de otros bienes económicos. Un televisor, un celular, una portátil son algunos de los ejemplos de bienes finales que buscan satisfacer una necesidad del consumidor.
Otra importante clasificación de los bienes en economía se realiza según su funcionalidad, ya sean de consumo o de inversión o capital, los distintos tipos de bienes económicos buscan cubrir las necesidades del mercado y de la sociedad en general.
Se entiende por bienes de consumo a todos aquellos tipos de bienes que son el resultado final de la cadena productiva y se elaboran para la satisfacción de las necesidades y demandas principales del consumidor.
Entre los tipos de bienes de consumo se ubican dos subtipos: los bienes duraderos y los bienes perecederos. Los primeros cuentan con una vida útil larga y su consumo o uso puede repetirse en el tiempo; mientras que los segundos presentan un ciclo de rotación mayor ya que se extinguen con su consumo; por ejemplo los alimentos.
Los bienes de inversión o de capital son todos aquellos que participan en el proceso productivo para la generación de bienes de consumo. Están constituidos por los inmuebles, equipos, maquinarias e instalaciones que forman parte del patrimonio de la empresa y son necesarios para la fabricación de los productos finales de consumo. De manera que una cosechadora en una finca, las computadoras, las máquinas de las fabricas son buenos ejemplos de bienes de capital o de inversión.
La relación que existe entre el precio del bien y el ingreso que puede generar para sus titulares permite discernir entre otros tipos de bienes para su clasificación. De esta forma, se encuentran los bienes normales, de lujo o inferiores.
Se llaman bienes normales, según la renta, a aquellos bienes cuya demanda dependerá directamente de la rentabilidad de los consumidores. Es decir, en la medida en que aumente la renta de las personas, aumentará la demanda de tales bienes. En la realidad, la mayoría de los bienes son normales y algunos ejemplos de ellos son el maquillaje y productos de belleza, servicios, electrodomésticos, entre otros.
Por su parte, los bienes inferiores son los que se ven afectados negativamente por la rentabilidad de los consumidores. Esto quiere decir que si el precio aumenta, la demanda caerá; y cuando la renta de las personas se incrementa, dejan de consumir estos productos. Esto ocurre con los alimentos económicos o productos de mediana calidad, y se debe a que en la medida en que el poder adquisitivo de los consumidores sea mayor preferirán productos con mejor terminación.
Otro de los tipos de bienes, según la renta, son los llamados bienes de lujo. Estos están al alcance de los consumidores con mayor poder adquisitivo, quienes pueden pagar más por un producto o servicio exclusivo. En estos bienes, la fijación de los precios no implica mayores consecuencias.
La clasificación de los bienes en general no es la misma que la clasificación de los bienes en derecho civil, ya que categoría o distinción que tenga un bien en particular dependerá los posibles efectos jurídicos que recaen sobre él. ¿Cómo se clasifican los bienes según el derecho?
Los bienes, según el derecho se pueden clasificar según su naturaleza en bienes muebles y bienes inmuebles. Estos últimos se clasifican a su vez en inmuebles por destinación e inmuebles por incorporación.
Los bienes muebles son uno de los principales tipos de bienes y se caracterizan por ser susceptibles de ser trasladados de un lugar a otro, sin que se vea afectada su integridad ni se deterioren.
Por su parte, los bienes inmuebles son aquellos que no pueden ser trasladados ya que se encuentran inmovilizados por sí mismos. Se caracterizan por estar incorporados al suelo de manera orgánica y natural. Dentro de esta categoría, se encuentra una clasificación de bienes inmuebles que los distinguen.
Este tipo de bienes están comprendidos por los muebles que el propietario del suelo los a dispuesto allí para su uso, explotación y beneficio. Algunos ejemplos de inmuebles por destinación es el ganado que el propietario dispuso en la finca de su propiedad o la maquinaria en los campos de cultivo.
Se entiende por bienes inmuebles por incorporación a todos aquellos muebles que se agregan a un inmueble determinado, siempre que tenga un carácter de perpetuidad. Por ejemplo, los artefactos de cocina cuando se incorporan al departamento.
Además de la clasificación de los bienes por su naturaleza como muebles o inmuebles; también se pueden distinguir los tipos de bienes por su esencia, ya sea porque sea que tengan existencia material o que sean una abstracción o tengan una condición de intangibilidad.
Este tipo de bienes puede ser percibido por cualquiera de los sentidos, son susceptibles de valoración económica y son completamente determinables. Entre los ejemplos de bienes corporales se pueden identificar a un automóvil, una casa, un libro, etc.
Los bienes incorporales, por el contrario, no pueden percibirse por los sentidos. Solo pueden ser percibidas a través del intelecto. Son bienes que pueden ser determinados y contar con un valor económico. Los bienes incorporales se encuentran relacionados con derechos reales y personales como los créditos, las servidumbres, la vida, la salud, la identidad, etc.
De acuerdo con la posibilidad de fraccionamiento que presente un bien o un objeto se podrá clasificar en divisible o indivisible.
Se entiende por bienes divisibles a aquellos que pueden ser fraccionados en distintas partes sin que se vea afectada su integridad o corra riesgo de destruirse. Por ejemplo una porción de terreno puede ser dividida en parcelas sin que el todo ni ninguna de las partes pierdan su integridad o funcionalidad
Los bienes indivisibles son aquellos que no son susceptibles de fraccionarse o dividirse sin perder la función del todo o las cualidades del conjunto. Entre los ejemplos más comunes de cosas indivisibles son un caballo, una obra de arte, etc.
Entre los tipos de bienes en derecho civil se encuentran los que se catalogan en una clasificación de bienes conforme a la unidad que lo conforma. Así, se reconocen los bienes simples y compuestos en esta clasificación. ¿Pero, qué significa bienes compuestos o bienes simples?
Tal como ocurre con los bienes indivisibles, los bienes simples son aquellos que no admiten su descomposición ya que representan una unidad inescindible. Los bienes simples pueden constituirse por tanto por bienes corporales como por bienes intangibles. Entre los ejemplos de bienes simples se pueden mencionar los televisores, motocicletas, bicicletas, refrigeradoras, etc.
Los bienes compuestos están conformados por varios bienes simples que conservan su individualidad pero que representan una unidad jurídica, susceptible de valoración económica. Uno de los ejemplos de los bienes compuestos se encuentran las colecciones de arte, una colección de libros, etc.
También se puede hacer una clasificación de bienes según su susceptibilidad de ser sustituidos por otros. De esta forma, se distinguen los bienes fungibles de los no fungibles.
Este tipo de bienes son los susceptibles de ser intercambiados, sustituidos o subrogados por otros bienes de características y valores similares. Se caracterizan por la importancia que se les da al peso, medidas, valor o número. El dinero es el ejemplo por antonomasia de las cosas fungibles, pero también puede ser el trigo, el café, las telas, et.
En contraposición, los bienes no fungibles al momento de la restitución no pueden ser sustituidos por otros bienes, aunque sean similares. En los bienes no fungibles sus características son de tal relevancia jurídica que la ley no permite ni su intercambio ni su subrogación. Por ejemplo, un automóvil, un barco, o una casa.
La relación o interacción que tienen unos bienes con otros, permite distinguirlos y clasificarlos en bienes principales y bienes accesorios.
Los bienes principales son aquellos que cuentan con una existencia propia y no dependen de ninguna manera de otros bienes o cosas. Se caracterizan porque pueden existir por sí mismos y para sí mismos. Un ejemplo de bienes principales es una casa, un terreno o automóvil.
Por otro lado, se encuentran los bienes accesorios que son aquellos bienes no pueden subsistir por sí mismos ya que están subordinados a otras cosas o bienes, de los cuales se deriva su condición jurídica. Una de las principales características de los bienes accesorios es que no pueden ser transmitidos por si solos, por cuanto su transmisión siempre dependerá del derecho o bien principal.
Dentro de la clasificación de los bienes en México se pueden distinguir los bienes vacantes y los bienes mostrencos, que están relacionados con la falta o inexistencia de dueño aparente. Esta clasificación general de los bienes carentes de dueño, también rige en otros países como Ecuador y Colombia.
De acuerdo con la legislación mexicana, los bienes vacantes son bienes inmuebles que se encuentran ubicados dentro del territorio nacional y que aparentemente carecen de dueño; o que se desconoce la existencia de algún propietario.
Por su parte, los bienes mostrencos se tratan de bienes muebles, tesoros, alhajas que se encuentren abandonados o perdidos y que no se les conozca ningún dueño o titular aparente.
De acuerdo a la titularidad se puede distinguir los bienes y su clasificación en el derecho. Los tipos de bienes y contratos celebrados entre las personas como el matrimonio permite separar los bienes de cada cónyuge de los bienes de la comunidad conyugal. La legislación de cada país determina sus propias reglas para calificar qué es un bien propio y qué son los bienes gananciales y cómo distinguirlos.
Los bienes propios son aquellos que pertenecen a cada uno de los cónyuges por separada, bien porque fueron adquiridos antes de la celebración del matrimonio o bien porque se adquirieron de forma gratuita durante la vigencia del vinculo matrimonial.
Se conocen como bienes gananciales a todos aquellos bienes que forman parte de la comunidad de bienes del matrimonio, ya sea porque hayan sido adquiridos por uno de los cónyuges o por ambos, siempre que se encuentre vigente el vínculo matrimonial.
Se denomina bienes culturales a todos aquellos bienes que cuentan con un valor histórico, intelectual o estético, de tal relevancia que representa la creatividad humanidad en cualquiera de sus manifestaciones, ya sea científica, literaria o artística.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) define en su articulado al patrimonio cultural, y por ende, a los bienes culturales, como “un conjunto de testimonios artísticos o simbólicos” que han sido transmitidos entre las diferentes culturas a lo largo del tiempo.
¿Cómo saber cuáles son los tipos de bienes culturales y cómo se identifican? La principal clasificación de bienes culturales distingue los bienes tangibles de los intangibles. Los primeros entendidos como una expresión de las culturas, a través de manifestaciones materiales; mientras que los segundos se constituyen por aquella parte invisible que integra la cultura en sí misma.
De esta manera, los bienes culturales tangibles comprenden los objetos y sitios que cuentan con gran relevancia histórica o artística que determina la identidad de una nación o región. Este tipo de bienes se su clasifican, a su vez, en bienes tangibles muebles o bienes tangibles inmuebles.
Al igual que en la clasificación de los bienes jurídicos se define los bienes muebles; los bienes tangibles muebles son aquellos bienes que pueden ser trasladados de un lugar a otro sin que se vea afectada su integridad. Estos bienes integran las siguientes manifestaciones materiales.
Constituidas por distintas manifestaciones artísticas, mediante el uso de pigmentos y otras sustancias aglutinantes orgánicas o sintéticas, que recogen la representación de la realidad o del imaginario del artista sobre un lienzo.
Talladas en mármol, madera o piedra; las esculturas son producto de las artes de talla y cincel, de fundición y modelado y representan las distintas manifestaciones artísticas o culturas de diversas regiones y en distintas épocas.
Con la invención de la imprenta, en 1440, los libros pasaron a ser producidos masivamente y pudieron tener un mayor alcance y distribución. Sin embargo, estas manifestaciones escritas ya existían desde mucho tiempo atrás. Con una confección mucho más artesanal, los libros se tallaban en madera, escamas o seda. Se uso el papiro y el pergamino; hasta los libros cosidos de la Edad Media. Todos estos escritos constituyen ese conjunto de bienes materiales con relevancia cultural e histórica.
Los bienes culturales tangibles inmuebles están constituidos por aquellas manifestaciones artísticas, históricas y materiales que son imposibles de trasladar o mover sin poner en riesgo su estructura o integridad. Los bienes tangibles inmuebles comprenden a las obras de ingeniería o arquitectura como puentes, monumentos, edificaciones que cuenten un gran valor cultural, artística o histórico que representen a una época o una población.
Las grandes construcciones arquitectónicas que embellecen y representan regiones, países o ciudades forman parte de las creaciones humanas que enaltecen e identifican una población, una cultura o su idiosincrasia. Imponentes monumentos históricos que representan una época o un evento determinado, cuya relevancia ha marcado la formación de una nación o un pueblo son bienes culturales de gran importancia para la sociedad. Algunos ejemplos de este tipo de bienes tangibles pueden ser la Torre Eiffel, Francia, El obelisco de Buenos Aires, la Gran Muralla China o el Taj Mahal en India.
Comprendidos por restos de edificaciones, ruinas, elementos estructuras, suelos de ocupación y otros materiales, los sitios arqueológicos representan la actividad humana que existió en tiempos remotos. Su relevancia radica en la posibilidad de reconstruir la historia y de comprender la evolución de pueblos, civilizaciones antiguas, sus costumbres y su estilo de vida en determinadas zonas del mundo. Entre los ejemplos de este tipo de bienes culturales se encuentran el Templo de Luxor en Egipto, Machu Pichu en Perú, la ciudad prehispánica de Teotihuacan en México.
Por su gran valor histórico y cultural; así como por la importancia que ha tenido para el desarrollo de la humanidad, algunas ciudades del mundo son consideradas patrimonio cultural de la humanidad.No solo por su belleza o sus características, sino también por el aporte significativo que hace al asentamiento de las personas y de su interacción con el entorno. Las ciudades como Venecia, Ciudad del Cuzco, Quito o la ciudad amurallada de Bakú han sido designadas como patrimonio cultural por la Unesco por las tradiciones significativas para el mundo o porque han sido sede de acontecimientos relevantes para la humanidad mundial.
Los bienes intangibles se encuentran conformados por el conjunto de conocimientos, expresiones y manifestaciones que son capaces de transmitir la identidad y la cultura de una sociedad en un espacio y una época determinada.
Además, este tipo de bienes se caracterizan por ser susceptibles de transmitirse por generaciones, a través de la oralidad y las costumbres. Aunque no pueden cuantificados, fomentan la diversidad cultural y cuentan con un valor simbólico.
Esta clasificación de bienes incluye las distintas manifestaciones artísticas, religiosas y culturales como la danza, los rituales, las festividades, la música, entre otros.
Las expresiones dancísticas representan la identidad y la idiosincrasia de los pueblos originarios y de las distintas civilizaciones; muestran las costumbres, las creencias y las prácticas de los distintos pueblos. El Tango, la capoeira o el flamenco son manifestaciones culturales propias de sus regiones que han sido reconocidas por el mundo entero como expresión inequívoca y representativa de un país.
La combinación armónica de sonidos y silencios es uno de los lenguajes universales por excelencia. Las distintas manifestaciones musicales que han identificado las diversas épocas de la humanidad, son bienes intangibles de tal relevancia que han permitido el desarrollo y la evolución de la cultura en el mundo. Tan diversos y disímiles que van desde el reggae, el canto bizantino de Grecia o el fado portugués; la música es uno de los más importantes y poderosas formas de comunicación que ha tenido el hombre desde el inicio de los tiempos.
La fe y las creencias son símbolos representativos de generaciones, pueblos enteros y de la necesidad del hombre de dar fundamento y sentido a la vida y la justicia. Los ritos y ceremonias son manifestaciones que distinguen las diversas culturas y costumbres dentro de una región. La Unesco ha declarado como patrimonio cultural algunos importantes ritos como la ceremonia ritual de los voladores en México o el Yaokwa de Brasil.
Las festividades están constituidas por costumbres inveteradas que dan estructura a las distintas comunidades que las practican, fomentando su identidad y las distinguen de otras sociedades o regiones. Algunas festividades se relacionan con algún acontecimiento natural, histórico o religioso. Las festividades de Año Nuevo, los carnavales de Barranquilla son alguno de los ejemplos de este tipo de bienes inmateriales.
En conclusión, con el uso de los distintos tipos de bienes disponibles las sociedades ven satisfechas sus necesidades y sus requerimientos para el desarrollo y la subsistencia. Ya sea desde el punto de vista del derecho, de la economía o de la cultura, la clasificación de bienes ayudan a determinar la función y alcance de los activos en los patrimonios personales y colectivos.