La educación ambiental se concibe como la contribución en la formación y promoción de los valores en torno al cuidado, recuperación y protección del medioambiente. En el desarrollo de la ética ambiental, se inculcan diferentes tipos de educación ambiental, proponiendo diversas perspectivas de abordaje, así como entornos institucionales e informales que también entran en la clasificación de la educación ambiental. Esta diversidad de maneras para transmitir estos conocimientos, valores y destrezas, generan un mayor impacto en las comunidades alrededor del mundo. Así se crea la capacidad de gestión y solución de problemas, tomando las mejores decisiones en pro dl cuidado del ambiente.
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La clasificación de la educación ambiental se realiza según la forma en que son transmitidos los conocimientos respecto a la ecología y el cuidado del medioambiente. Algunos ejemplos de tipos de educación ambiental son los medios de comunicación, las actividades al aire libre y los planes formativos académicos. Cada estrategia adaptada a cada uno de los tipos de educación ambiental.
Según la forma en que se abordan los contenidos teóricos de la educación ambiental, esta responde a la siguiente clasificación.
La educación ambiental conservacionista se centra en la conservación de las especies tanto forestales como animales y fúngicas. Asimismo, recalca la importancia de los ecosistemas.
Sin embargo, no toma en cuenta otras realidades en las que se encuentra inmersa la educación ambiental, como las condiciones sociales, culturales y económicas. Es decir, no toma en cuenta las actividades humanas en general.
Cuando la educación ambiental se centra en el conocimiento biologista, su objetivo se centra en transmitir los conocimientos necesarios para comprender los procesos biológicos en el medioambiente. Entre esos conocimientos está la ecología reproductiva y la trófica, así como procesos reproductivos.
Por lo tanto, inculca en quienes la reciben una actitud positiva de comprensión de los elementos que conforman al ambiente, pero excluyendo factores económicos y sociales que suelen intervenir en las problemáticas medioambientales.
La educación ambiental sustentable tiene como objetivo instruir y ejecutar en las acciones tanto individuales como colectivas, en pro del desarrollo sostenible.
Según la forma en que se transmite la educación ambiental, esta se divide en tres tipos: educación ambiental formal e informal y la no formal. No existe una mejor que la otra, solo se trata de adaptar el contenido dependiendo de a quién va dirigida la educación ambiental.
Consiste en la formación ambiental incorporada a la programación del currículo educativo en los centros de enseñanza.
La educación ambiental no formal se desarrolla de forma paralela a la formal, debido a que está dirigida a públicos diversos, aunque no está suscrita a los programas educativos establecidos en los ciclos escolares.
Cuando se recibe educación ambiental no formal, se fomentan tanto aptitudes como actitudes para vivir bien, en comunión con la naturaleza, bajo el esquema de un sistema ambiental íntegro. Este es uno de los tipos de educación que emergen ante la problemática ambiental y se implementan a través de acciones directas en las comunidades y zonas de mayor vulnerabilidad.
La educación ambiental informal se obtiene a través de medios informativos como las páginas de internet, revistas y publicaciones periódicas especializadas en temas ecológicos. Se encarga de presentar los contenidos ambientales de una manera didáctica.
Entre los ejemplos de educación ambiental no formal se encuentran las series especiales en canales de televisión dedicados a la naturaleza, la fauna y las actividades conservacionistas.
La importancia de la educación ambiental radica en los beneficios que de ella obtienen las personas y el medioambiente. El cúmulo de conocimientos, el grado técnico y profesional, son obtenidos gracias a la educación ambiental formal. Mientras que las aptitudes en el área de cuidado del ambiente, tanto individuales como sociales, se adquieren a través de la educación ambiental informal.
Igualmente, los valores y aptitudes para vivir integralmente, respetando la naturaleza, suelen adquirirse a través de la educación ambiental no formal.
Los objetivos y principios de la educación ambiental definen el rumbo de sus contenidos, los cuales se adaptan a estrategias y actividades específicas para lograr un aprendizaje significativo.
Los objetivos de la educación ambiental tienen su basamento en la Carta de Belgrado, establecida en 1975 como estamento mundial para la formación en cuidado, conocimiento y protección del patrimonio natural. Los cinco objetivos de la educación ambiental se definen de la manera siguiente.
Animar a los participantes del proceso educativo, tanto de manera individual como grupo social, a experimentar una mayor sensibilidad por el ambiente, así como de las problemáticas que lo afectan.
Fomentar la comprensión del medioambiente y sus componentes ecológicos. Asimismo, ayudar a los participantes a identificar la actividad antrópica y su impacto sobre el ambiente, para lograr mantener ante ellos una actitud tanto crítica como responsable.
Incentivar las acciones que impulsen a la participación activa en pro de mejorar, proteger y generar hábitats sanos en el medioambiente.
Desarrollar la capacidad de evaluación, es decir, instaurar mecanismos de control para medir el impacto positivo de la formación ambiental. Incluye el monitoreo de los programas educativos en todos los niveles: estéticos, ecológicos, sociales, políticos y culturales.
Promover el sentido de la urgencia y responsabilidad en cuanto a llevar a cabo actividades de protección al ambiente, haciéndole frente a situaciones de riesgo y problemáticas en curso. En este sentido, se busca la implementación de medidas específicas en torno a la materia medioambiental.
Los principios de la educación ambiental apuntan a los valores de la interdisciplinaridad, ser íntegros y mantener la actitud de aprendiz frente al cúmulo de conocimientos en torno a la naturaleza.
El enfoque integral exige tomar en cuenta todo lo que rodea al ser humano: tanto naturaleza como las modificaciones que le ha hecho a esta a través de todo lo construido. Es decir que en la educación ambiental no se pueden obviar los factores que intervienen en la cotidianidad humana, como la economía y política, la cultura y la estética, la sociedad y los valores morales, así como el devenir histórico.
La fórmula interdisciplinaria va de la mano con el principio de integralidad en la comprensión de las dimensiones del medioambiente. Con la cooperación de diversas disciplinas se logra una visión completa y equilibrada de la naturaleza.
Ir de lo particular a lo general para que los estudiantes de educación ambiental puedan proyectar sus conocimientos en diferentes hábitats. De tal manera que logren reflexionar y emitir juicios valorativos sustentados en el equilibrio o desequilibrio comprobables de las dimensiones ambientales en cualquier área del planeta.
Participar activamente en la educación ambiental es uno de sus principios fundamentales. Es el que garantiza su sostenibilidad en el tiempo. Por lo tanto, se debe pasar de la sensibilización en temas medioambientales a la investigación y evaluación de situaciones para llevar a cabo acciones concretas.
Las instituciones de educación ambiental han marcado el rumbo de los cambios radicales en varios países del mundo. Entre ellos, dos de los principales países hispanoparlantes: México y España.
La educación ambiental en México se rige y promueve según los lineamientos de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Se ha incluido como contenido programático escolar en libros de textos, generando contenidos que se mueven entre las áreas de geografía y las ciencias naturales.
A nivel superior y en las áreas de educación técnica, se implementa a través de oportunidades de aprendizaje significativo que sensibilizan y profundizan en la temática de medio ambiente. Difícilmente se encuentran programas de educación ambiental formal, ya que es muy costoso. Solo se incluye en los contenidos programáticos de especializaciones, ya sea diplomados o postgrados, como ingeniería ambiental, arquitectura ambiental, psicología ambiental, planificación y ornato, entre otras.
La creación de los Centros de Educación Ambiental (CEA) es la propuesta del SEMARNAT ante la realidad de la escasa oferta académica formal en México en esta materia.
Los CEA se ubican en zonas de alto riesgo, vulnerabilidad y difícil acceso. Su finalidad es la de brindarle a los habitantes de esas regiones el acceso a la educación ambiental a cualquier nivel formativo. Ya sea a través de escuelas, agrupaciones sociales o movimientos particulares, se pretende promover el desarrollo y capacitación en el área.
Con un alcance del 80% de la población mexicana en apenas dos años de funcionamiento, los CEA desarrollan contenidos programáticos. Entre ellos se enumeran el de recolección y separación de basura, el de reforestación por municipios, concientización medioambiental y el manejo de recursos naturales.
La Educación Ambiental en España surge en la década de 1980 como disciplina inmersa en el ámbito de la educación formal. Esta se centra en la capacitación de personas para lograr el cambio social que exige la crisis global por contaminación y acelerado deterioro de la naturaleza.
La sostenibilidad de la educación ambiental en España se ha visto amenazada por los riesgos que supone su sostenibilidad. Entre ellos, factores económicos, institucionales, sociales, entre otros. Sin embargo, perfila logros importantes, como su inclusión curricular a nivel escolar y en la educación superior, así como actividades dirigidas a las comunidades más recónditas y vulnerables.
Funcionó desde 1980 hasta finales del siglo XX en España. Su oferta académica se centró en las áreas profesional y científica.
Aunque se extinguió el Programa Interuniversitario de Doctorado en Educación Ambiental, aún se puede participar en el Máster Interuniversitario en Educación Ambiental, postgrado presente en seis universidades de Andalucía.
En España se cuenta con más de seis cátedras UNESCO, dedicadas a la formación en desarrollo sostenible y educación ambiental.
Entre ellas se encuentran los programas de post-grado, desarrollados en colaboración con la Fundación Universidad-Empresa. Se encuentran en el marco del programa de Educación Permanente. Las titulaciones obtenidas son como Máster o como Especialista en Educación Ambiental, en el ámbito internacional. También se egresa como Especialista Universitario en Educación Ambiental para un Desarrollo Sostenible.
Asimismo, forman parte el programa de doctorados del departamento de Teoría de la Educación en la UNED.
Entre los programas de educación ambiental promovidos y ejecutados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico destacan el CENEAM con la Escuela, el plan Hogares Verdes y la Red y recursos de educación marina “Reeducamar”
También se cuentan la agenda 21 escolar en el Real Sitio de San Ildefonso, la Ecoauditoría, aplicada por el CENEAM, la recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados, entre otros.
Los tipos de educación ambiental se definen por sus características, tanto de contenido como de la forma en que se imparten. Por ello la clasificación de la educación ambiental se alimenta de sus objetivos y principios. Solo tomando conciencia de la estructura de la educación ambiental, se le puede sacar el provecho que realmente tiene.
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