El fraude tiene el principal propósito de obtener un beneficio no autorizado, a través de la manipulación, el engaño o cualquier otro mecanismo no ético que priva a otros de beneficios a los que tienen derecho. Hay varios tipos de fraudes y, además, la clasificación de fraudes que dependen de cada país, del contexto social, económico y cultural para su aplicación en cada caso. El engaño y fraude van de la mano pero antes de adentrarnos en el tema, discriminemos un poco el concepto de fraude.
Publicidad engañosa:
Qué es, cómo identificarla, dónde denunciarla y ejemplos de anuncios engañosos
Varios son los tipos de fraudes que existen a lo largo y ancho del mundo. A grandes rasgos, los siguientes son tipos de fraudes relativamente comunes en todo el globo.
Una posible definición de fraude es la siguiente: la perversión intencional de la verdad para inducir a otro a separarse de algo de valor o a renunciar a algún derecho legal. El fraude implica el uso de engaños, artimañas y abuso de confianza para obtener una ventaja injusta e ilícita.
Por su parte, una definición jurídica de fraude podría caracterizar al fraude como un acto ilegal realizado por una o varias de las personas físicas o jurídicas que se encargan de vigilar el cumplimiento de contratos públicos o privados para obtener algún provecho perjudicando los intereses de otro.
¿Qué es fraude genérico? Podría decirse que es cualquier delito en el que una persona consigue lucro o beneficio haciendo caer en engaño o error a otra. La práctica jurídica ha catalogado a algunas de las conductas fraudulentas como fraude específico debido a la frecuencia con que se presentan o se denuncian.
Lucrarse con la defensa de un reo, explotar la superstición o ignorancia de un grupo, vender o traspasar un bien sin autorización, entregar un producto o servicio falso o diferente al ofrecido, valerse de la necesidad de un trabajador para pagarle poco y así, una extensa lista que clasifican qué es el fraude en sus múltiples formas de llevarlo a cabo.
Referente a estafas o fraudes de ley, se extiende al ámbito policial y político o de administración pública, caracterizada por conflictos de intereses y violaciones éticas, autorización o recepción de recursos o beneficios no ganados.
Están relacionadas entre sí, en el caso del fraude ocupacional se involucran faltas cometidas por una empresa o representantes y el uso indebido de los recursos y activos de la empresa. La corrupción empresarial generalmente concuerda con la corrupción política porque en muchos contextos la oportunidad de delito se facilita por el amparo de autoridades; para propósitos criminales como el lavado de dinero procedente del crimen. En este caso no hay ninguna diferencia entre fraude y abuso de confianza.
El fraude policial se vincula con la mala praxis, el uso indebido de sus atribuciones, recursos o información para obtener provecho; incluso con fines políticos. Se identifica por el uso frecuente de sobornos, extorsiones o chantaje, protección de actividad ilegal, montajes, encubrimientos y el uso electivo de persecución investigaciones y arrestos.
La corrupción política por su parte, se tipifica por los delitos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influencia para el uso indebido de recursos financieros o humanos a los que tiene acceso, basado en intereses personales. Atiende patrocinios, sobornos, tráfico de influencia, evasión fiscal y el tradicional fraude económico.
Trata sobre la creación o modificación de algunos documentos, reproducción de bienes y servicios alterados y copiados de su versión real. Está relacionado con la denominada piratería, falsificación de documentos públicos o privados, de identidad, monedas y billetes, artes y hasta productos de marcas comerciales. Está cercanamente relacionado al robo de identidad que ocurre cuando alguien hurta datos personales para cometer fraude.
El ladrón de identidad utiliza los datos personales ajenos para, por ejemplo, presentar declaraciones de impuestos, solicitar créditos u otros servicios, que pueden costarle dinero y afectar la reputación de la víctima.
La estafa financiera o fraude bursátil o corrupción bancaria, son toda práctica ilegal celebrada por bancos, entidades financieras o sus directivos, en la colocación de productos y servicios diversos para obtener beneficios que desfavorecen a los usuarios, clientes y accionistas. Puede hacerse fraude a través de hipotecas, depósitos bancarios, créditos, acciones, preferentes, colaboración de evasión fiscal, intereses variables o comisiones bancarias abusivas.
También recaen en delito bancario los cometidos por particulares con o sin consentimiento de las oficinas, por medio del uso fraudulento de tarjetas, la elusión de impuestos, falsificación de moneda, falsificación de firma o identidad, etc.
Son famosos en España, los ejemplos de fraudes financieros con tarjeta de crédito: como las clausulas suelo, las hipotecas IRPH o las tarjetas revolving.
Está directamente relacionado con la evasión de impuestos y es un ilícito cometido por personas o empresas en todo el mundo, denominados contribuyentes que ocultan u omiten ingresos y bienes a las Administraciones Tributarias, también cuando sobrevaloran los conceptos deducibles para reducir el pago de una obligación tributaria (impuestos).
Dicha acción en teoría afecta la calidad de servicios públicos y el objetivo de redistribución de riquezas de una Nación. Recaen en este delito con más frecuencias contribuyentes con grandes y públicamente comprobados ingresos económicos como en el caso de personalidades del deporte y el espectáculo, políticos y empresarios.
Casos escandalosos de fraude fiscal han sonado en famosas firmas como Apple; Amazon, Google, entre otras.
Es la intervención ilícita de un proceso electoral con el objetivo de imposibilitar, invalidar o cambiar los resultados reales, puede ser aumentando la cantidad de votos o disminuyendo la de los rivales o ambas acciones.
Constituye un fraude colectivo, está relacionado con el engaño a la ciudadanía sobre los resultados de las elecciones y de lo qué es fraudulento. En el escenario de elecciones nacionales puede conllevar a un golpe de estado o a una democracia corrupta.
Se relaciona en ocasiones con fraude electrónico, manipulación de urnas electorales; suplantación de electores, coacción o presión; compra de votos o soborno; sustracción, adulteración o pérdida de actas electorales, uso de fuerza pública, etc. Aquí se pueden unir el fraude y estafa.
Es la acción de engañar a la autoridad judicial y el efecto que produce el engaño en el administrador de justicia, a fin de alcanzar un beneficio indebido para sí o para otro. Abarca desde la simulación de un acto jurídico, un acto o escrito judicial o la alteración de elementos de prueba y los presente en juicio. En fin, cualquier acción propuesta a inducir un error en la autoridad judicial o administrativa, para logra una sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley.
Está relacionado a los fraudes fiscales, electorales, bancarios y de derecho laboral.
El fraude inmobiliario es un fraude comercial, ocurre cuando una de las partes de una negociación inmobiliaria, recae en delito a través de un contrato de compraventa falso o ilícito, afectando el patrimonio económico del comprador/arrendatario o afectando su derecho a propiedad. Es la venta o alquiler fraudulento de una vivienda, local o industria. También se agregan los defectos solapados en el contrato de algunos bienes inmuebles o propiedades.
Se penalizan acciones como la doble venta inmobiliaria, agencias inmobiliarias falsas, las cargas ocultas o los servicios añadidos, adelanto de dinero en la compra sobre planos, simulación de contrato, etc. Este tipo de fraude se puede encontrar en anuncios falsos, estafas desde el extranjero, fraudes por internet, prestamistas estafadores, fraude de título inmobiliario.
La malversación es un acto en el que las personas se apropian de valores o fondos que les han sido confiados en razón de un cargo, es un tipo de fraude financiero, y puede tratarse de valores privados o públicos. El defalco está relacionado también a la presentación de informes financieros fraudulentos, desvío de los fondos de empresas o instituciones o su uso indebido. Se relaciona con uno de los tipos de fraudes financieros y de ley.
La apropiación indebida es uno de los sinónimos de fraude y un delito contra el patrimonio o propiedad y consiste en el apoderamiento también de bienes ajenos legalmente bajo posesión o administración a través de otros títulos distintos a la propiedad.
Es el engaño que se realiza a través de este dispositivo de comunicación, muy relacionado al telemarketing pues es una de las formas utilizadas para obtener datos personales e información financiera de la víctima, como es el caso de datos de las tarjetas de crédito para realizar compras no autorizadas. Un tipo común de lo qué es un fraude por telemarketing es conocido como estafa de anticipo de dinero (advanced-fee scam).
El fraude telefónico se aplica también a través del sistema de venta piramidal, con el cual se le pide a la víctima el pago de dinero inicial bajo la promesa falsa de recibir dinero de otras personas que aumentarán ese capital de inversión. Y otro de los fraudes por esta vía son las llamadas ficticias en nombre de instituciones de beneficio público, todo lo qué significa fraude.
Bajo un esquema similar pero con el uso de otros dispositivos más específicos (computadoras y teléfonos inteligentes) conectados a internet, se encuentra este delito que consiste en alterar datos electrónicos para obtener un uso ilegal de una computadora o sistema.
La piratería informática es un sinónimo de engaño, usa herramientas para acceder a una computadora u otro dispositivo a distancia y cometer los fraudes como el llamado Phishing o suplantación de identidad; envío de recibos bancarios falsos; instalación de software malintencionado o robo de datos de tarjetas, así como otros delitos financieros y de falsificación.
Conocido también como fraude cibernético o piratería informática (hacking), este tipo de fraude puede alcanzar grandes escalas de estafa usando herramientas tecnológicas sofisticadas que le dan acceso a un dispositivo con información confidencial o le permiten la intercepción de una transmisión electrónica para, por ejemplo, el robo de contraseñas, números de cuentas o identidad.
Además de la manipulación de otras computadoras, el hacker puede falsificar o alterar documentos almacenados en un sistema; dañar o modificaciones de programas o datos computarizados a través del sabotaje virtual, virus, gusanos, bombas lógicas o cronológicas; y hasta dar acceso no autorizado a servicios y sistemas informáticos
La pandemia del Covid-19 ha incrementado la actividad de los consumidores en las compras en línea, aumentando a su vez las oportunidades de fraude digital. El miedo y la incertidumbre han jugado a favor del delito y así han aparecido sitios de internet relacionados a la enfermedad que contienen malware o software intrusivo para espiar la actividad informática de usuarios, así también los correos phishing camuflados con actualizaciones sobre el COVID-19 para el robo de credenciales y la entrada a sistemas empresariales o institucionales.
Otra estafa es el secuestro de datos, que compromete la seguridad de los servidores y por lo cual exigen un rescate monetario. Existen otras estafas, por medio de aplicaciones móviles que evidencian lo qué es el engaño y qué es defraudar en la actualidad.
En México, la actividad de fraude está encabezada por los delitos financieros o estafas. La estrategia más comúnmente implementada es la del fraude telefónico y electrónico, acelerado en los últimos años por el incremento de actividad informática derivada de la larga cuarentena. El robo de identidad y las ventas fraudulentas fueron los más frecuentes reportes, entre otros tipos de fraudes en México, les sigue las estafas financieras a través del delito de corrupción y fraude bancario. Con claro significado de engaño.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) a través de su portal asegura que los fraudes financieros más recurrentes se estipulan en este orden: llamadas telefónicas, comercio electrónico, suplantación gubernamental y otras instituciones, robo de identidad, páginas falsas de internet, captación engañosa, correos electrónicos y las redes sociales.
El mayor riesgo se encuentra en el manejo y almacenamiento de la información por parte de entidades financieras, plataformas web y el comercio electrónico, gracias a que las empresas evaden la responsabilidad de garantizar a los usuarios la tecnología de seguridad adecuada para el procesamiento de pagos online.
Del otro lado para las empresas, además del cibercrimen, siguen siendo una firme amenaza los delitos financieros de lavado de dinero, financiamiento al terrorismo, fraude y corrupción. Una de las empresas de asesoramiento legal, fiscal y financiero mexicano, KPMG, refiere que la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (Ley Anti-lavado), que tipifica 17 actividades bancarias y empresarias de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, es un marco normativo no lo suficientemente concientizado aún en el país.
Y en otro tema de corrupción, la malversación de efectivo es común en los sectores de transporte, salud, manufactura, hotelería y telecomunicaciones, entre tantos la lista de fraude de otros activos que le dan significado de fraude, la lideran las industrias química y farmacéutica, electrónica, alimentos y automotriz.
Uno de los casos más sonados de fraude financiero fue el del banco inglés HSBC (México), en el año 2012 cuando fue multado por mil novecientos millones de dólares, gracias a que entre los años 2007 y 2008 la sucursal de esta entidad en México protegió el traspaso de cerca de 7 mil millones de dólares a bancos estadounidenses procedentes de los carteles de la droga mexicana. La multa principal fue por no contar con un sistema de control sobre el lavado de activos, fue un terrible ejemplo de cómo hacer fraudes sin morir en el intento.
Paralelo al incremento de los fraudes a través de medios digitales que se experimentó en todo el mundo como derivación de unos de los efectos de la pandemia, al utilizar internet para transacciones comerciales y compras, el fraude fiscal se mantuvo a nivel paralelo, incluso en aumento entre los fraudes tradicionales más frecuentes en España.
Encabezando la lista junto a los fraudes telefónicos la evasión fiscal se mantiene, incluso un estudio de una institución fiscal adscrita al Ministerio de Hacienda, revela que la actividad defraudadora ha aumentado en los últimos dos años, por parte de los colectivos empresarios, los profesionales liberales y los trabajadores autónomos, quienes reconocen una falta de honradez y de conciencia cívica como razón más común a la hora de explicar el fraude fiscal.
Esto también se debe a la excesiva impunidad de los defraudadores y a una presión fiscal que consideran excesiva, para el caso que la mayoría piensa que la relación entre los impuestos que se pagan y los servicios y prestaciones que se reciben no concuerdan.
Se cree que los múltiples sectores que cometen fraude fiscal en España, suman los 80 mil millones de euros anuales de evasión, el 8% del PIB.
Entre tanto, las estafas que se producen en el medio digital, son las más habituales en el siglo XXI, al igual que en México, se repiten las estrategias delictivas a través de dispositivos electrónicos conectados a internet, para el fraude de identidad, de tarjetas y otras formas financieras y las estafas comunes (inspector de gas, estafa piramidal, falso premio, llamadas institucionales o de servicio). Esta modalidad aprovecha la ingeniería digital con sus términos recientes: phising, vishing, y smishing.
De los fraudes bancarios más importantes de España están el Fraude de Preferentes; Fraude de las clausulas suelo y engaño en el Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios.
La estafa de las preferentes en España recuerda el fraude bancario en la emisión y venta de acciones preferentes por bancos y Cajas de Ahorros de España desde 1990, al 2011, que colocaron este tipo de acciones a unos 700.000 clientes sin la debida transparencia.
Estas cifras la convierten en uno de los fraudes financieros de corrupción más sostenido y de mayor alcance del país. Varias entidades comercializaron de forma sistemática preferentes sin informar de su elevado riesgo, por lo que el declive financiero internacional, supuso el desplome del valor de las preferentes y la bancarrota para muchas familias que depositaron allí sus ahorros. Fue un caso de fraude bancario y de corrupción. Muchos españoles comprobaron malamente lo qué es engaño y el defraude.
A continuación una lista de consejos y/o estrategias que debemos incluir en nuestras actividades diarias para evitar ser víctimas y decir no al fraude.
Evite esto para responder a un pedido inesperado, ya sea vía telefónica o por correo electrónico, no comparta números ni contraseñas de sus cuentas, tarjetas de crédito o seguro social. Recuerde que las organizaciones legítimas no solicitan este tipo de datos por estas vías. Bloquee las llamadas y mensajes de texto indeseados.
Resista la presión de actuar de inmediato después de recibir una oferta de venta y tómese el tiempo que requiera para comparar el producto o servicio y los precios. Si la información está por escrito y léala con atención. No caiga en el juego de la oferta “solo por hoy”. Tome una decisión con calma y pida consejo legal antes de firmar.
Si considera que algo es demasiado bueno, prenda sus alarmas e investigue a la persona o empresa que le ofrece tal beneficio. Estas grandes ventajas solo revelan un intento desesperado por captar clientes de forma fraudulenta. Sospeche de una estafa sin le ofrecen un premio por pago adelantado. Tampoco confía en inversiones que prometen enormes ganancias en poco tiempo, como en el caso de los esquemas piramidales.
No haga clic a los enlaces que le envíen por correo electrónico, puede tratarse de fraude digital. En su lugar, abra una nueva ventana y busque la página web oficial de la agencia que corresponda. Repórtelo si sospecha de fraude.
Al momento de realizar un pago mantenga la vista en la tarjeta de debito o crédito y verificar que la tarjeta que le devuelven sea la correcta.
No permita que le saquen copia a sus productos financieros, ni documentos de identidad y conserve de ser posible, las transacciones realizadas para corroborar los pagos realizados, fallidos o rechazados en su estado de cuenta mensual. La información bancaria como las claves son de uso personal, no la comparta ni pida ayuda frente a los cajeros automáticos, esta debe ser cambiada periódicamente.
La mayoría de ellos cuenta con actualización automática. Tampoco dé su información personal a personas o paginas poco confiables, nunca lo escriba en correos electrónicos, una ventana emergente o un sitio web al que fue dirigido desde otro correo. Y no deje la computadora prendida todo el tiempo pues se hace vulnerable a los ataques de háckers y ladrones de identidad. Por último, haga una copia de seguridad de tus archivos de computadora.
En los últimos años los estafadores han reclamado miles de millones de dólares en reembolso de impuestos fraudulentos, a través de correos electrónicos antes de que se presente la declaración. Es importante declarar a tiempo.
Claves diferentes en cada cuenta preferiblemente, con una mezcla de números, letras y símbolos. Estos datos son intransferibles.
Los empresarios deben hacer seguimiento de las perdonas que manejan las finanzas de sus negocios y solicitar informes de gestión periódicamente. Use la tecnología como aliada e invierta en seguridad electrónica, será una buena decisión.
Al momento de querer invertir en bienes inmuebles, reserve una parte de ese recurso para contratar una empresa de corretaje, así evitará estafas y contará con la asesoría financiera y legal adecuada para la selección y negociación de vivienda o local.
Los estados y gobiernos hacen una clasificación de fraudes para hacer leyes que penalicen el delito y aunque no todas estas acciones terminen en juicio penal, es tarea de todos evitar que este hecho perjudicial de engaño se extienda y afecte a los que vivimos con honestidad y ética. Identificar e informar a nuestras familias y allegados sobre los tipos de fraudes y sus mecanismos es el primer paso para protegernos y proteger nuestros bienes.