La franquicia es un modelo de negocio que ha logrado tener mucho éxito en la actualidad. Este tipo de proyecto nació en el siglo XIX en Estados Unidos con las máquinas de coser Singer, cuando Isaac Singer decidió comercializar su producto a gran escala y otorgó franquicias a algunos negocios locales.
Hoy en día se aplica a propósitos diversos: producción, distribución, servicios y negocios varios, como por ejemplo una franquicia ferretería del conocido grupo AFT, líder en España con 50 años de trayectoria en el sector, o incluso marcas como Mc Donald’s, Subway, KFC, etc.
Se hace a través de un contrato donde una persona física o jurídica le concede el derecho a otro (un tercero) de usar su marca para trabajar bajo el mismo esquema comercial e identidad corporativa. El contrato que se realiza entre las partes establece los derechos y obligaciones.
Los elementos esenciales de una franquicia son:
El tipo de franquicia dependerá del rubro en que se desea comercializar.
Este tipo de franquicia permite la venta de productos y servicios al cliente final o consumidor. Este es uno de los modelos más extendidos porque hace posible establecer negocios de éxito con muy bajo riesgo. Bajo este esquema la estandarización de las operaciones da muchas ventajas pues son marcas y métodos ya probados. Es el tipo de franquicia utilizado para montar cadenas de comida rápida, montar un supermercado o montar ferretería, opción que el grupo ATF desarrolla bajo el sistema Maurer Point, con más de 350 establecimientos y más de 12.000 distribuidores.
En este modelo se otorga el derecho de fabricación, la comercialización, marca del producto, el Know How y demás procedimientos administrativos. Un ejemplo muy conocido de este tipo de franquicia es la Coca-Cola.
El franquiciador produce y el franquiciado vende. Generalmente se solicita exclusividad al franquiciado para asegurar la venta de la producción.
Este modelo aplica para la venta de servicios especializados. En estos casos el franquiciador exige una forma precisa de prestar el servicio. Un ejemplo típico de estas franquicias son los alquileres de coches.
Bajo este esquema el negocio se ubica dentro de un establecimiento que tenga algún tipo de afinidad con el producto que se vaya a comercializar. Es una forma de ahorrar costes de alquiler, agua, luz, etc.).
También se llama franquicia principal. El franquiciador otorga el derecho de explotar la franquicia en un amplio territorio pudiendo hacer asociaciones con otros franquiciados. Sirve para exportar negocios en auge a otros países.
Es una franquicia sin tiendas físicas, con operaciones online. La figura de la franquicia es un modelo muy útil y eficaz para personas que están buscando dónde invertir o crear un negocio propio. Un camino ya recorrido y probado reduce considerablemente los riesgos pues se trata de un negocio ya posicionado que solo se debe replicar.