Es uno de esos lugares en donde las paredes del convento, el suelo de los caminos y los árboles envejecidos cuentan la historia de un pueblo duro que nunca se dejó doblegar por la espada del conquistador.
Tradiciones mexicanas:
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Tlayacapan es uno de los 36 municipios que componen el estado mexicano de Morelos. Está ubicado al norte del estado y se cree que fue habitado por pobladores olmecas. En abril de 1521 se libró una batalla entre los hombres de Hernán Cortés y los pobladores originarios de esta región. Sin embargo, no fue sino hasta 1539 cuando la zona fue declarada en favor de la Corona Española.
En esas tierras se construyó el ahora ex Convento de San Juan Bautista, joya arquitectónica que data del siglo XVI y que albergaba a los monjes Agustinos quienes, se presume, fueron los primeros evangelizadores en esta región de la Nueva España. Actualmente está convertido en museo con atractivos espectaculares como los frescos y varios cuerpos momificados encontrados en la nave central de la iglesia.
El exconvento forma parte de los 15 monasterios de principios del siglo XVI que la UNESCO registra como patrimonio de la humanidad desde 1994. Está cerrado al público por labores de restauración consecuencia del sismo del 19 de septiembre de 2017 que causó grandes daños en diferentes sitios de Morelos.
Fue hasta 1539 cuando Hernán Cortés pudo declarar para la corona los territorios de Tlayacapan, pero no fue sino hasta 1789 que el Virrey Antonio de Mendoza adjudicó los terrenos y paso a ser parte de la provincia de México. La región fue recuperada después de un largo litigio en 1915, sin embargo, hasta 1929 quedó constituido de manera legal.
En una de las comunidades nombrada San José de los Laureles, a unos 3 km de Tlayacapan, en un paraje llamado El mirador, se hallaron pinturas rupestres que datan del periodo posclásico (1200-1521 n. e.) y otras del periodo epiclásico (600 – 900 n. e.). Un total de 32 figuras representadas con colores blanco y rojo en las paredes rocosas de ese paraje.
Otro de los sitios históricos es la ex Hacienda de San Nicolás que se dice fue propiedad del mismísimo conquistador Hernán Cortés y que la heredó a uno de sus nietos llamado Pedro, quién abandonó el lugar cuya nueva posesión fue tomada por los agustinos. El gobierno la expropio en 1809 y solo quedan vestigios de la construcción.
Aparte de la exposición fija de las momias, que los originarios de Tlayacapan afirman que no fueron sometidas a ningún procedimiento de momificación, sino que la tierra y las condiciones del lugar en donde fueron sepultados se encargaron de convertir los cadáveres, se encuentra el centro cultural La Cerería, edificación que data del siglo XVII. En ella se albergaba una fábrica de velas a donde mucha gente recurría para adquirir el producto. El lugar fue acondicionado y se presentan diversas exposiciones de fotografía, costumbres y cerámica de diferentes lugares.
Una de las tradiciones culturales que más llaman la atención de la región de Tlayacapan es la de la danza de los chinelos, conocido por los oriundos como el brinco del chinelo. Su origen se remonta al inicio del siglo XIX y es una representación física de los eternos conflictos entre originarios y conquistadores.
Por costumbre se realiza el evento cada año en época de carnavales, es decir, tres días antes del Miércoles de Ceniza, día en que empieza la cuaresma de las tradiciones católicas. El disfraz del personaje del chinelo es una prenda colorida y espectacular; hasta el momento solo existen dos variantes: la del chinelo de Tepoztlán y la del chinelo de Yautepec, zonas muy cercanas a Tlayacapan.
En la actualidad, todo Morelos ha adoptado el brinco de chinelo como una costumbre representativa del estado, por lo que se usa en otro tipo de eventos distintos a los carnavales. El disfraz consiste en un sombrero adornado con plumas multicolor y de colores brillantes. Una máscara con barba de estilo europeo, una túnica en color blanco con tres franjas azules.
En Yautepec al traje se le agregan diferentes aplicaciones: figuras de la virgen de Guadalupe, motivos prehispánicos como la figura de Quetzalcóatl, guerreros tlahuicas, el calendario azteca, pirámides y centros ceremoniales, o también, personajes emblemáticos de la historia como Emiliano Zapata, José Ma. Morelos, Hidalgo, etc.
La banda de viento acompaña al grupo de chinelos danzando por las calles circundantes a las iglesias o por las principales avenidas del pueblo contagiando con su jocoso ritmo a los que acuden a la feria del carnaval: muchos se unen al baile, incluso si no cuentan con un traje de chinelo: adultos, adolescentes y niños no pierden la oportunidad y se unen a la comparsa y la fiesta.
Tlayacapan es uno de los dos municipios de Morelos que tienen la denominación de Pueblo Mágico. Es un lugar con una enorme riqueza cultural e identidad bien definida que ha resistido el paso del tiempo. Un lugar mágico que puede resultar inolvidable para cualquier visitante.