Desde que el hombre es hombre ha existido la guerra. En algunos casos, como una forma de defensa, pero casi siempre como forma de ataque. La humanidad ha hecho de lo bélico una forma de expansión de sus ideales e intereses.
Arquitectura egipcia:
Etapas, características, técnicas, construcciones famosas…
Así, muchos pueblos han sobrevivido al olvido gracias a la rudeza de sus métodos de combate y sus costumbres. Todos recuerdan a los espartanos o a los vikingos. Pero no fueron los únicos, y como ejemplo tenemos a los escitas, una tribu cuya capacidad guerrera hizo temblar al mismo Egipto.
Un pasado incierto
No se sabe con exactitud de dónde provienen, pero ya desde el siglo XVIII a.C. hay registros de la existencia de los escitas en las costas de mar Negro.
Gracias a su modo de atacar, siempre sigiloso e intempestivo, lograron conquistar grandes territorios, llegando no solo a poseer Siria y Palestina, sino a erradicar comunidades enteras, como la de los cimerios.
Llegaron a ser sedentarios gracias a la coalición entre varias tribus, pero esto no amainó su carácter guerrellero. Sin embargo, una vez detenido el proceso de expansión sufrieron un duro revés por parte de Filipo II de Macedonia. Ante esto, se vieron en la obligación de retroceder y asentarse en Crimea.
Pero no fue suficiente para evitar su destino, ya que, una vez absorbidos por la cultura grecorromana, sufrieron el embate de las invasiones godas, que lograron destruir lo poco que quedaba de ellas en el año 200 d.C.
Muerte y magia de la sociedad escita
Si hay algo llamativo es cómo los escitas trataban la muerte. Una vez fallecido el líder, se creaban unos túmulos de tierra llamados kurganes, dentro de los cuales se colocaba el cuerpo momificado.
Una vez cumplido el rito de pasearlo de tribu en tribu, se procedía a estrangular a los sirvientes, mensajeros, concubinos y cualquier otro personal del líder. Después se momificaban para incluirlos junto al rey en el kurgán.
Pero el ritual no terminaba ahí. Después del año, se sacrificaban cincuenta caballos junto a cincuenta jóvenes, los cuales se sujetaban en postes que permanecían alrededor del Kurgán. Todavía los estudiosos se preguntan cuál podría ser el simbolismo subyacente en esta parte del rito.
¿Introductores del cannabis?
Por si fuera poco, los historiadores los registran como los primeros en implementar en el continente europeo el uso del cannabis.
El historiador griego Heródoto afirma que cultivaban sus semillas, las cuales colocaban en piedras al rojo vivo. Como resultado, creaban una especia de sauna de dicha planta que “transportaba” a los escitas, los cuales comenzaban pronto a bailar, gritar y cantar alabanzas de tipo religioso.