En un acontecimiento de relevancia internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha anunciado la incorporación de 18 nuevos geoparques a su red global, entre los que se encuentra el emblemático Campo de Calatrava, ubicado en la provincia de Ciudad Real, España. Esta distinción reconoce la excepcionalidad geológica de la región y su valioso patrimonio natural.
La decisión de la Unesco se fundamenta en el singular paisaje del Campo de Calatrava, moldeado por una secuencia de episodios volcánicos que se remontan a millones de años atrás. Esta área volcánica alberga formaciones únicas, como los característicos conos y cráteres, que han sido protagonistas de numerosas investigaciones planetarias y astrobiológicas, dada su semejanza con los escenarios marcianos.
Además de su riqueza geológica, el Campo de Calatrava posee un profundo arraigo histórico y cultural
Sus singulares parajes fueron inmortalizados por la pluma de Miguel de Cervantes en su obra cumbre, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, convirtiéndose en un escenario literario de renombre mundial.
La designación como Geoparque Mundial reconoce no solo la importancia de preservar este patrimonio geológico excepcional, sino también la estrecha relación que el ser humano ha forjado con este entorno volcánico a lo largo de los siglos.
Las comunidades locales han dependido de los recursos naturales de la zona, aprovechando la fertilidad de sus suelos, la calidad de sus rocas para la construcción y la riqueza mineral de su subsuelo.
Entre los otros geoparques destacados en esta nueva incorporación a la red global de la Unesco se encuentran el área de Uberaba en Brasil y el de Oeste, situado en el litoral atlántico portugués. Estos enclaves comparten con el Campo de Calatrava la singularidad de sus formaciones geológicas y la importancia de su legado natural.
