El uso de energías renovables es cada vez más interesante por diversas razones. Pasar de ser un consumidor a producir tu propia energía con placas solares tiene sus ventajas.
El desarrollo de nuestra sociedad se apoya en buena medida en el consumo de energía. De hecho, la mayoría de elementos que nos facilitan la vida en la actualidad cuentan con una batería eléctrica o están enchufados, por lo que podemos decir que no podemos dejar de depender de la electricidad.
No obstante, esto no significa que tengamos que resignarnos a ser meros consumidores de electricidad. De hecho, alternativas como el autoconsumo solar son cada vez más usadas por las ventajas que ofrecen. Veamos 4 de ellas.
Sin duda, el factor económico es el más determinante a la hora de decidir si algo es interesante o no. Y se puede garantizar que en el caso del autoconsumo esto es un hecho más que comprobado.
De hecho, una instalación solar puede llegar a cubrir por completo las necesidades de una vivienda o un negocio, aunque lo habitual es combinarla con una conexión a la red general para lograr un ahorro considerable en la factura de la luz.
Teniendo en cuenta el aumento de los precios de suministro, sin duda, el autoconsumo es algo a tener en cuenta. Pero no solo eso, ya que el precio de los elementos que componen la instalación es cada vez más asequible.
¿Cuál puede llegar a ser el ahorro? En realidad dependerá de lo que necesite cada vivienda, así como de las condiciones de la zona en la que se encuentre la instalación. En algunas zonas puede llegar al 100%, mientras que en otras, el ahorro puede ser la mitad del consumo.
Al generar un ahorro continuado, la inversión se rentabiliza a medio plazo. Además, teniendo en cuenta que la vida útil de los componentes es bastante larga, hablamos de la posibilidad de tener electricidad gratis pasado ese tiempo.
¿De cuánto tiempo hablamos? La media gira en torno a los 7-8 años. Si tenemos en cuenta que las placas solares y los inversores pueden durar alrededor de 25 años, y los módulos hasta 40, estamos hablando no solo de amortizar la inversión, sino de rentabilizarla a un nivel realmente extraordinario.
La distancia que recorre la energía desde que se genera hasta la instalación es mínima, ya que va desde el panel hasta las tomas de corriente. Si lo comparamos con el recorrido de una instalación convencional, que puede ser de varios kilómetros desde las centrales de generación hasta los puntos de corriente, hablamos de eliminar las pérdidas que se producen durante este transporte, que puede llegar hasta el 10% de la energía generada.
Como hemos comentado antes, una instalación de autoconsumo solar puede llegar a cubrir las necesidades de una vivienda o una empresa. Esto permite incluso desengancharse de la red general, y no depender de un suministrador para tener electricidad. De hecho, en algunas zonas rurales donde llevar la corriente es tan costoso que resulta imposible a nivel práctico, hay instalaciones solares que se encargan de generar la energía necesaria.
¿Cómo se cubre esta necesidad cuando no hace sol? Las nuevas instalaciones permiten llevar la energía a acumuladores, baterías que se recargan y conservan la electricidad para los casos en los que la potencia del sol no es suficiente para afrontar la demanda.
Terminamos este repaso a las ventajas del autoconsumo solar con un quinto beneficio, en este caso tanto para nosotros como para el planeta. La energía solar no produce emisiones de gases contaminantes, al contrario de lo que sucede con otro tipo de instalaciones como las que se apoyan en combustibles fósiles. Cuantas más soluciones como éstas se apliquen para continuar con nuestro desarrollo, mucho mejor para las generaciones futuras, que no tendrán que pagar las consecuencias de nuestros actos.