En las Bodegas Garay, localizadas en los campos de Huelva, se produce vino ecológico con la uva zalema, propia de la región. Estos vinos se exportan a Japón y a la costa este de Estados Unidos, donde han tenido un gran éxito debido a sus peculiares características.
Los métodos ecológicos de producción se aplican desde el principio del proceso hasta el producto final que degustan los consumidores. Además de ser sostenible, este sistema otorga características muy particulares al producto.
Según indica Mario Garay, dueño de la bodega, entre los factores más importantes se encuentra la edad de la viña. A medida que las vides van envejeciendo, más profundas se hacen sus raíces, por lo que encuentran diferentes tipos de suelos. La profundidad aporta a la planta una mayor mineralización y esto influye en el sabor de la uva.
Las vides más antiguas de esta bodega superan los 100 años, mientras que las demás oscilan entre los 50 y 60.
En Bodegas Garay utilizan un método de cultivo que respeta al ecosistema. No emplean herbicidas, aplican productos fitosanitarios a base de ajo y utilizan cobre y azufre de contacto para que no penetren en la planta. El uso de métodos sostenibles requiere más trabajo porque el efecto de los productos es más corto y las plantas deben ser tratadas cada cinco días.
El vino ecológico que se obtiene procede del tejido natural de la tierra. Alrededor de las vides crece la hierba de forma natural y esto contribuye al mantenimiento del ecosistema de microorganismos que enriquece la tierra y la biodiversidad en la que crece la planta. Este método de cultivo protege el terreno de la erosión, el cual también se va enriqueciendo de forma natural con la aportación de estiércol de cabra, de igual modo de procedencia orgánica.