En la provincia de León se encuentra un paisaje que impresiona. Las Médulas en España son prueba de cómo la naturaleza es capaz de embellecer lo que el hombre ha destruido, y de recuperar lo que le pertenece.
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Aunque resulte difícil de creer, ese paisaje que parece prehistórico fue en algún momento una de las minas al aire libre más importantes del mundo, donde se realizó una explotación aurífera que dañó para siempre las condiciones naturales originales de la zona. Continúa leyendo para conocer toda la historia.
Las Médulas se sitúan en el Bierzo, en Castilla y León, junto al río Sil. A unos 30 kilómetros aproximados se ubica la ciudad más cercana, Ponferrada, donde muchos visitantes se hospedan y disfrutan de la calidad de la propuesta gastronómica de la zona.
Se trata de un conjunto de pináculos o farallones de tonalidad rojiza que se crearon después de que las montañas originales fueran destruidas para extraer oro de ellas. Algunos las llaman montañas de oro romano.
Las formaciones se mezclan con castaños, brezos, escobas y carquexia, los árboles y vegetación propios de esta área. En cuanto a la fauna, es el hábitat de lobos, jabalíes, perdices y conejos.
Las Médulas son Patrimonio de la humanidad, declarado por la UNESCO en 1997. Hay quienes se oponen a este título por considerar que Las Médulas son el resultado de un brutal daño hecho por los humanos a la naturaleza.
Debido al interés arqueológico que posee la zona, es también considerada un bien de interés cultural desde 1996, y un monumento natural desde el 2002.
Las Médulas eran usadas como una mina de oro exterior por los romanos. Aunque se desconoce con exactitud cuándo empezó la extracción de oro, existe la creencia de que la explotación comenzó alrededor del año 26 a.C. En ese entonces, el emperador Octavio Augusto estaba llevando a cabo la conquista de algunos pueblos del norte de España.
Las explotaciones auríferas tuvieron lugar durante más de dos siglos e hicieron un daño significativo a la zona, que nunca volvió a su estado original.
Se considera que su nombre tiene su origen en el habla tradicional de El Bierzo. En específico, en dos términos propios del área: meda y medar. El primero, significa montón, y el segundo significa amontonar, palabra que se usaba principalmente para referirse a la actividad de recoger la hierba.
Sin embargo, los expertos aún debaten sobre la precedencia de su nombre. Algunos consideran que viene del latín Metalla, mientras otros piensan que se basa en la frase también latina Mons Medullius (huesos de la montaña).
Aunque su aspecto pueda engañar, este paisaje, con sus lagos y sus formaciones arcillosas, fue una gigantesca mina de oro. De hecho, fue la mina de oro más grande que tuvo el imperio romano. La actividad de explotación dejó su marca imborrable en el escenario natural.
A primera vista, parece ser una formación enteramente geológica que nunca fue intervenida por la mano de hombres. Sin embargo, lo que sucedió en el área hoy se considera por muchos un atentado ecológico.
Los romanos hicieron uso de elementos de la naturaleza para destruir la montaña y conseguir el oro. La explotación se hizo por la fuerza del agua. Después de ser usada, era canalizada hacia el río Sil, que funcionó como desagüe.
La técnica usada lleva por nombre la Ruina Montium de Las Médulas, y, debido a sus efectos devastadores sobre la orografía del terreno, sería imposible que en la actualidad un método así fuera aprobado en el Pacto Nacional del Agua.
Para llevarla a cabo, se ideó una red de canales que contaba con un depósito. Una vez acumulada la cantidad de agua necesaria en el depósito, era soltada. La fuerza del agua en movimiento explotaba las montañas y desembocaba finalmente en el río Sill.
Las tierras auríferas eran dirigidas hasta las galerías, lugares donde se separaba la tierra arcillosa del mineral.
Este mecanismo de extracción sorprende por la cantidad de canales que constituyen la red y la longitud de estos, que tenían hasta 300 kilómetros. También resalta la cantidad de agua que era utilizada y la forma en la que lograban acumularla en sus depósitos.
Uno de los sistemas de acumulación se encargaba de recoger nieve que, al derretirse, se dirigía a la red de canales. Una parte de este entramado de conexiones puede ser visitado con la compañía de un guía.
Plinio El Viejo, escritor y científico de la época, dejó textos que describen la explotación aurífera que se realizó en la zona y el funcionamiento de las minas. En su juventud, había sido administrador del proyecto. De acuerdo con sus escritos, al año extraían más de 20.000 libras de oro (algo más de 9 toneladas).
En el siglo III, y tras 250 años de explotación minera, el imperio romano consideró que ya no quedaba más oro que extraer de la zona. Por eso, abandonaron el área y los canales hidráulicos que habían creado allí.
Al detenerse la destrucción, la naturaleza empezó a retomar el área creando una especie de bosque mixto. Proliferó una vegetación que no había podido surgir en tiempos de explotación. Incluía robles, castaños, escobas, carquesa y carrascas.
Se considera que el lago Carucedo, situado en los alrededores, se formó por el estancamiento del agua que dirigían los canales. En sus orillas surgió una especie de orquídea que atrae a insectos y promueve la creación de polen.
Otros animales regresaron también a habitar la zona. Entre ellos, lobos, jabalíes, conejos, perdices y el gato montés. Existe también una amplia variedad de saludables aves agrestes que se alimentan de insectos en Las Médulas.
El área nunca volvió a recuperar su estado original. Las montañas que allí existían fueron quebradas. Sin embargo, la naturaleza se encargó de recuperar el lugar, que ahora sorprende por parecer un sitio prehistórico.
La vegetación no cubre por completo los farallones, y resaltan sus cimas rojizas y arenosas por encima del verdor.
La Fundación Las Médulas es una organización creada para garantizar la protección de las minas de oro en León, que cuenta con importancia tanto cultural como natural. También, se encarga de difundir información sobre la historia del patrimonio y su cuidado, y de garantizar que los visitantes conozcan todo lo que necesiten saber durante su tiempo allí.
La Fundación realiza actividades de interés para quienes quieren aprender más sobre este paraje único. Entre ellas, ofrecen visitas guiadas a Las Médulas en microbús o en todoterreno 4×4. Ambas cuentan con la presencia de un guía especializado. La actividad tiene dos horas de duración. Es recomendable entrar a su portal web antes de decidir cómo visitar Las Médulas.
Hay muchas opciones para el turismo de Las Médulas. Se puede hacer un recorrido guiado, andando o en coche. Hay diferentes senderos que varían de acuerdo a su longitud y a la dificultad de recorrido. También, se encuentran varios miradores desde donde observar todo el paraje.
Por otro lado, el complejo cuenta con espacios informativos y un museo donde se puede conocer más sobre la historia y la importancia del lugar, y donde puede adquirirse un mapa turístico de la zona.
El sitio es muy agradable, y las ciudades de alrededor cuentan con buenas ofertas de alojamiento y restaurantes, que incorporan las propuestas gastronómicas típicas de la región.
Aunque visitar Las Médulas por solo un día suele ser suficiente, gran parte de los visitantes prefieren quedarse al menos tres días para disfrutar con calma de un paisaje que no puede ser encontrado en ningún otro lugar del mundo.
Se encuentran en El Bierzo, dentro de la provincia española de León. En las proximidades se sitúan el río Sil y el lago de Carucedo, cuya existencia podría deberse a las explotaciones auríferas de la zona.
La capital del Bierzo, Ponferrada, se encuentra muy cerca. Solo hay 30 kilómetros de distancia entre la ciudad y Las Médulas.
Las Médulas están a unas 4 horas de Madrid en coche, y a 2 horas aproximadas de A Coruña.
Hay autobuses que hacen la ruta de Ponferrada a Las Médulas del Bierzo. Son de la compañía AUPSA. En uno de ellos se puede llegar sin problemas al emplazamiento.
A Ponferrada se puede llegar en tren o en autobús desde Madrid, A Coruña, León y Orense. Sin embargo, la mayor parte de los visitantes prefiere visitar Las Médulas en coche propio o alquilado para tener más libertad de movimiento.
También se puede llegar andando a través del Camino de Santiago de invierno. Es muy recomendable incluir esta ruta en el camino para disfrutar de la vista de las colinas rojizas desde la montaña.
Hay cinco rutas que pueden recorrerse para explorar unos impresionantes y curativos espacios vedes. Algunas de ellas se pueden hacer en coche, mientras que otras solo permiten el acceso a quienes van caminando o en bicicleta.
Las longitudes y la dificultad de cada senda varían. Las hay lineales y con desnivel. Hay una opción para cada tipo de visitante, incluso para los que van acompañados de niños.
Para personas que no cuentan con una alta resistencia física o que nunca han hecho senderismo, la Senda del Lago Sumido es una buena opción. De las rutas disponibles, esta es la más corta y la más sencilla de recorrer.
Recorre una longitud de solo 2,5 kilómetros y no tiene desniveles.
La senda sale y finaliza en el pueblo. El recorrido suele durar aproximadamente una hora.
El Lago Sumido está rodeado de lagunas que fueron formadas de forma artificial por la corriente que generaba el sistema de explotación de los romanos.
Algunos de sus principales atractivos, son obtener una vista impecable de la explotación reflejada en el agua, observar las aves acuáticas que allí hacen vida, y la posibilidad de sacar fotos de Las Médulas desde una perspectiva privilegiada.
Hay que reconocer que los últimos años han sido bastante secos y la laguna ya no posee el mismo caudal de antes.
Es un paseo tranquilo que puede hacer cualquiera. Se puede realizar en coche, caminando o en bicicleta. Al final del lago se sitúa el Mirador de Chaos Maseiros.
Otra ruta fácil de recorrer es la Senda de Las Valiñas. Parte desde el centro de visitantes y cuenta con una longitud de 3,5 kilómetros.
Esta senda es circular y tiene un poco de desnivel, pero no presenta gran dificultad. De hecho, es válida para padres que tengan que empujar carritos de bebés.
Es posible recorrerla caminando o en bicicleta. También se pueden hacer rutas guiadas.
Esta senda es muy popular porque, además de ser sencilla, permite conocer dos cuevas de Las Médulas: La Cuevona y La Encantada. Ambas cavidades se encuentran muy cerca entre ellas, y son los restos de excavaciones hechas por obreros romanos.
A La Cuevona no se puede acceder, ya que presenta alto riesgo de desprendimiento de rocas. Sin embargo, los visitantes pueden entrar y conocer La Encantada.
El camino cuenta con una buena señalización para evitar que los visitantes se pierdan. A través de él se pueden observar muchos castañares, árboles que fueron traídos por los romanos a la zona y que también forman parte de la huella dejada por los trabajos que se realizaban en este espacio.
Para aumentar un poco la dificultad, se puede seguir la Senda de Los Conventos. Es un recorrido lineal, con 4,3 kilómetros de longitud. Se puede hacer tanto a pie como en bicicleta.
Hay múltiples puntos de partida para esta ruta. Puede hacerse desde el mirador de Orellón, o desde el aula arqueológica.
Para quienes buscan una visión más completa del espacio y de su historia, la Senda Perimetral es una buena opción. Es más exigente que las anteriores principalmente por su extensión. Tiene una longitud de 14 kilómetros.
Esta ruta sigue un camino de tierra que bordea los farallones. Es una senda circular y puede ser transitada caminando, en bicicleta o en coche por tramos.
Debido a que es la más larga, permite conocer mucho mejor la historia de las minas y lleva hasta el mirador de Pedrices.
Esta ruta puede ampliarse combinándose con la Senda de Las Valiñas o con la Senda de Reirigo. Ninguna de esas dos rutas permite el acceso a coches.
La Senda de Reirigo es la más difícil de todas, y requiere de buena resistencia física para ser completada. Tiene una duración aproximada de tres horas y puede ser tomada un poco después del mirador de Pedrices.
Solo puede recorrerse a pie. Ofrece una visión panorámica de las antiguas minas. En el camino se pueden ver cuevas ocultas y unas vistas irrepetibles. El sendero obliga a atravesar crestas de barrancas.
Debido a su gran dificultad y a los múltiples desniveles que posee, no puede ser recorrida por todo tipo de visitantes.
Para disfrutar del lugar a través sus senderos naturales, es de mucha utilidad hacerse al menos con un mapa de Las Médulas en León como el siguiente:
El encanto del lugar reside en los ambientes escondidos que se descubren al recorrer los senderos. Lagos, lagunas, galerías, cuevas y una vegetación que garantiza un agradable paseo sin importar la ruta elegida.
El lago Sumido y las lagunas que lo rodean es una buena visita cuando cuenta con una gran cantidad de agua.
Cualquier mirador de Las Médulas tiene una belleza particular, pero hay tres que se llevan el protagonismo: el mirador de Orellán, el de Pedrices y Chaos Maseiro.
El mirador de Orellán es el más popular. Gracias a su altura, ofrece una de las mejores vistas de este patrimonio de la humanidad.
La mejor hora para visitarlo es durante el atardecer, cuando el tono rojizo de Las Médulas se combina con la luz naranja que proyecta el sol cuando está a punto de ocultarse.
Al mirador de Orellán se puede llegar en coche.
El mirador de Pedrices es el preferido por los que quieren evitar la gran cantidad de visitantes que abundan en el de Orellán. También ofrece una vista impresionante durante el ocaso.
Se sitúa a treinta minutos aproximados del pueblo de Las Médulas. No cuenta con buena señalización, por lo que llegar hasta allí podría resultar algo difícil.
El Mirador de Chaos Maseiro ofrece una mirada diferente. Desde allí, situado muy cerca del Lago Sumido, se observa el lugar donde bajaba el agua cuando los romanos trabajaban la zona.
Este mirador no posee ningún tipo de señalización, pero puede llegarse siguiendo un pequeño sendero que parte del lago.
Existe otra visita de interés que se encuentra un poco alejada del paisaje natural. Se trata de la Domus Romana, una construcción que replica las casas tradicionales de los romanos de la época.
Se encuentra en Carucero y la visita es completamente gratuita. También cuenta con una tienda que ofrece productos típicos del área para quienes quieran llevar un recuerdo de su estancia en la localidad.
Estos son los puntos turísticos más importantes, y los recomendados para los que no saben qué ver en Las Médulas y alrededores y no disponen de mucho tiempo. Los que quieren aprovechar al máximo el viaje, podrán conocer también todas las infraestructuras y servicios de Las Médulas, la gastronomía regional y la ciudad de Ponferrada.
Es posible acceder a estos puntos en coche, sin embargo, los caminos son de tierra y no tendrán acceso a todas las áreas que componen el espacio. Las personas que decidan ir andando o en bicicleta deben saber que algunas zonas del recorrido incluyen desniveles importantes de cierta dificultad.
La Fundación Las Médulas ofrece diversos servicios orientados a que los visitantes conozcan la historia del sitio de forma cómoda.
Organizan recorridos que incluyen las paradas más importantes dentro del espacio, y ponen a disposición de los participantes un guía especializado que instruye al grupo con sus conocimientos.
Una forma de hacer el recorrido es en microbús, que cuenta con 15 plazas. Este servicio está disponible de martes a domingo. Además del transporte y del guía, el servicio incluye la entrada a lugares que se visitan durante el recorrido.
Los buses funcionan de 10:00 a 12:00 y de 16:00 a 18:30. La ruta tiene una duración aproximada de 120 minutos, y el precio de la entrada va de 9 a 12 euros por persona.
El recorrido también puede hacerse en vehículos todo terreno. Este servicio tiene dos modalidades. La primera lleva por nombre Ruta Minera, y puede ser reservada con antelación. Incluye visitas al Aula Arqueológica, al Mirador de Reirigo, al Mirador de Pedrices, al Mirador de Orellán y a la Galería de Orellán.
La segunda modalidad se llama Ruta de los Poblados, y debe solicitarse con, por lo menos, 36 horas de antelación. Incluye visitas al Castro San Juan de Paluezas, al Castro Corona de Borrenes, y a la Domus de Pedreiras.
Las tarifas son de 17 ó 20 euros, dependiendo de la ruta elegida, e incluyen plazas para cuatro personas.
Al ser un espacio abierto, si no se contratan los recorridos guiados los horarios de Las Médulas de León son libres.
Hay diversas formas de obtener información sobre Las Médulas. Antes de ir, se recomienda visitar la web oficial de Fundación Las Médulas. En ella se puede aprender mucho sobre el lugar, lo que hace que se disfruten mucho más los recorridos.
Se puede conseguir información en persona en el Aula Arqueológica Las Médulas, en el Centro de Recepción de visitantes, en el Centro de Interpretación de los Canales y en la Galería de Orellán.
Se trata de un museo interactivo que cuenta con pantallas que explican cómo se formaron las minas. También posee imágenes que buscan mostrar de forma gráfica el sistema usado por los romanos para extraer el oro (ruina montium).
Dirección: Las Médulas, 24442. Carucedo.
Teléfonos: (+34) 987 42 28 48 / (+34) 987 40 19 54
Horarios: Entre octubre y marzo, el Aula arquitectónica se encuentra abierta todos los días. De lunes a viernes y domingos, de 10:00 a 14:00; Los sábados, de 10:00 a 13:30 y de 15:30 a 18:00.
Entre abril y septiembre, abre todos los días de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 20:00.
Precios: La entrada general tiene un costo de 2 euros. Los estudiantes pagan 1,5 euros. Para jubilados y grupos, la entrada es de 1 euro. Gratuito para niños hasta los ocho años de edad.
Este establecimiento es bastante moderno y ofrece información sobre las rutas que existen para conocer y disfrutar de los paisajes de Las Médulas, o datos de interés para los turistas como los servicios que ofrece la fundación, la distancia entre León y Las Médulas o dónde comer en Ponferrada.
También se pueden realizar visitas guiadas en este complejo.
Dirección: Las Médulas, 24442. Carucedo
Teléfonos: (+34) 619 25 83 55 / (+34) 987 42 07 08
Horarios: Las visitas guiadas se realizan a las 11:30 y a las 12:00. Entre noviembre y enero, a las 11:00 y a las 13:00. El horario para las visitas por la tarde varía constantemente y depende de la temporada. Lo recomendable es contactar con el centro con antelación para informarse.
En cuanto a la atención al público, el centro se mantiene abierto a diario de 11:00 a 14:00 en horario de mañana y en horario variable la tarde. Entre noviembre y febrero, el horario de atención es de 10:45 a 15:00.
El centro cierra sus puertas entre el 23 de diciembre y el 06 de enero.
Precios: El ticket individual para la visita guiada tiene un precio de 3 euros.
En este edificio los visitantes obtienen información sobre los canales que conformaban el sistema hidráulico de las minas. Eran los encargados de proveer el agua y asegurar que las labores mineras contaran siempre con abastecimiento.
Dirección: calle La Herrería, s/n. 24380. Puente de Domingo Flórez.
Teléfonos: (+34) 987 46 03 71.
Horarios: de 11:00 a 14:00 y de 16:30 a 19:30.
Precio: La entrada es gratuita.
La Galería de Orellán es una parada obligatoria. Desde su interior se puede observar y conocer uno de los pilares del sistema hidráulico que hacía funcionar las minas.
Para recorrer la galería es necesario pagar entrada. A pesar de ser un sitio seguro, se entregan cascos a los visitantes que deberán usar durante todo el camino. Esta galería se mantiene casi intacta desde que fue excavada.
Dentro de la galería se encuentra un túnel que desemboca en el balcón de Las Médulas y que ofrece una mirada única del paisaje al borde de un vacío de vértigo.
Dirección: Junto al mirador de Orellán.
Teléfonos: (+34) 987 40 19 54.
Horarios: De junio a septiembre, abre todos los días entre las 10:00 y las 22:00; de octubre a mayo, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00.
La galería de Orellán está abierta todos los días del año. Pero cuenta con un horario de acceso restringido los martes.
Precios: La entrada de adultos tiene un precio de 2 euros y la de niños de 1,5 euros. Los pequeños menores de cinco años pueden entrar de forma gratuita.
Los senderistas que estén recorriendo el Camino de Santiago pueden visitar las Médulas si toman una variación de la ruta conocida como el camino de invierno. Se considera que era el recorrido seguido por los peregrinos en la edad media para evitar la nieve que solía crear obstáculos en la vía tradicional.
La ruta une Ponferrada con Santiago de Compostela. Es una variación más larga, que añade 47 kilómetros. Pasa junto al río Sil, atraviesa El Bierzo y permite disfrutar de los paisajes de Las Médulas.
No suele ser un camino muy frecuentado, por lo que es posible que el senderista lo recorra solo. Además, no posee buena señalización.
Hay hoteles cerca de Las Médulas muy interesantes para los visitantes, aunque también existen diversos tipos de alojamiento que pueden adaptarse a un amplio rango de presupuestos.
Uno de los hoteles más conocidos es el Hotel Medulio. Se encuentra en el pueblo de Las Médulas. Tiene parking y es una de las opciones más económicas.
Casa Rural Agoga es otra opción a considerar. Se trata de un complejo situado en el centro del pueblo que está conformado por casas independientes. Está muy cerca de la Senda Perimetral y del centro de visitantes.
Se pueden reservar habitaciones, apartamentos o villas. Casi todas las estancias tienen vistas privilegiadas.
También son muy recomendables las Cabañas Rurales de Lares, que cuentan con WiFi y todas las comodidades necesarias para disfrutar de un viaje completo.
La oferta gastronómica de la zona es variada. El comedor del propio Hotel Medulio está muy bien valorado por los visitantes.
Otros restaurantes que generan buenos comentarios son El Durandarte, O Camino Real y la Casa de Comidas Arcadio Travieso.
Debido a la tradición culinaria de la región, es recomendable que los veganos, los vegetarianos y las personas que presenten algún tipo de alergia alimentaria llamen previamente al restaurante elegido para confirmar el menú.
Los servicios que abundan en Las Médulas son los de alojamiento, hostelería y restauración, pero el pueblo cuenta con el supermercado Alimerka, que abre desde las 9:00 hasta las 21:30, y en la zona hay varias farmacias.
Hay diversas zonas donde los visitantes pueden aparcar sin problema. En la entrada del pueblo de Las Médulas hay un parking, y junto a él se ubica el Aula de Interpretación de Las Médulas, un buen sitio para empezar la visita.
Si se busca una opción más cercana al paisaje de Las Médulas, existe una zona para aparcar situada a solo 600 metros del mirador de Orellán, en el pueblo de Orellán. En la Casa del Parque, en Carucedo, también hay un parking gratuito. De allí salen los autobuses de la Fundación Las Médulas para realizar sus recorridos.
Las Médulas puedes ser visitadas en cualquier época del año. Cada temporada le agrega un detalle diferente a la zona. De hecho, algunas personas visiten el patrimonio en diferentes estaciones del año para poder ver las colinas rojizas con el esplendor especial que aporta el clima del momento.
Durante la primavera, como es lógico, se puede ver mucha más vegetación, y resulta más agradable realizar el recorrido andando. Esta es la razón por la que muchos visitantes la consideran la mejor época del año para una excursión en Las Médulas.
En otoño, entre noviembre y diciembre, suele ser frecuentado por los que persiguen capturar las mejores fotografías. Esto se debe al color espectacular que aporta a los pináculos la iluminación de esa época.
En invierno, y si el clima lo permite, el premio es la vista espléndida de Las Médulas nevadas. Sin embargo, la meteorología puede generar inconvenientes para quienes hacen cualquiera de los recorridos, o planean quedarse hospedados en la zona.
Una de las temporadas menos recomendadas para la visita es verano, cuando el tiempo en Las Médulas es más extremo. El calor dificulta el recorrido y hay muy pocos espacios con sombra en el camino.
Para los que buscan cosas qué hacer cerca de Las Médulas, Ponferrada debe ser una opción a considerar. Más allá de ofrecer un buen punto de partida, la ciudad representa un destino de interés por sí mismo.
Los que no saben qué ver en Ponferrada en un día pueden empezar por dos de sus construcciones más emblemáticas: la Basílica de la Virgen de la Encina, un templo por el que pasa el Camino de Santiago y uno de los edificios religiosos de interés turístico más importantes de la zona; y el Museo del Bierzo, ideal para conocer más sobre la comarca.
También hay muchos sitios atractivos que ver cerca de Ponferrada, como el castillo templario, que cuenta parte de la historia de la Orden del Temple. Era una de las sedes más importantes de la orden dentro de sus territorios en la península ibérica. Hoy es, sin duda, uno de los lugares más misteriosos que ver en Ponferrada y alrededores.
Unas vacaciones en las que se combine, historia, naturaleza y relax conforman el santo grial del descanso.
Las Médulas proporcionan historia y naturaleza, y los que continúen la ruta hacia tierras gallegas, a 2 horas de distancia, obtendrán como regalo el relax con el que los propios romanos se premiaban después de una dura campaña de conquista, de explotación o de construcción: las milenarias terapias de agua.
Alojarse en alguno de los magníficos balnearios en Galicia para disfrutar de sus circuitos medicinales como final del viaje turístico a El Bierzo, sería el mejor colofón para una experiencia cultural enormemente enriquecedora.
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Impresionante y completa guía de las Médulas. Mi más sincera enhorabuena.
Además es para nosotros un honor aparecer en las referencias de un trabajo tan bien hecho y en el que se ve tanto cariño y dedicación.
Un saludo.